domingo, 26 de septiembre de 2010

Cita en un segundo

Noelia dice:
Ola cariño (L)
Bert dice:
Hola
Noelia dice:
Como t va todo??
Bert dice:
Bien a ti?
Noelia dice:
Con ganas d vert
Bert dice:
Ok
Noelia dice:
Podemos kdar??
Bert dice:
Como quieras
Noelia dice:
(K)
Bert dice:

Noelia dice:
Pasa algo vida??
Bert dice:
No nada
Noelia dice:
Seguro?? Sabs q no quiero que m preocupes
Bert dice:
Trankila no es nada, quedamos a las 7 en el parque?
Noelia dice:
No puede ser antes?? Tengo ganas d pasar todo mi timpo contigo
Bert dice:
No t va bien a esa ora? Lo podmos djar pa otro dia
Noelia dice:
Si pero quiero estar mas timpo junto a ti
Estare a las 7 en el banco d siempre
MUAK tqm*amor
Bert dice:
Yo tambin
Adiós
Noelia dice:
Dew videta(L)
Bert cerró sesión

Noelia cerró su ordenador, de repente se dirigió al baño y empezó a arreglarse. Su tiempo se veía ocupado en ponerse lo más guapa posible para Bert, deseaba ser lo más similar posible a las princesas de su infancia. Si, puede ser algo infantil pensar eso y más cuando tienes 17 años pero así era ella, solo quería lo mejor para su Bert aunque ello implicara cosas tan absurdas como esa. Pasó todo el tiempo posible acicalándose e inventando mil diseños para su peinado y su maquillaje, al final se decidió por algo sencillo, dejó su pelo al natural, libre y suelto, con el lápiz de ojos trazó una leve silueta alrededor de ellos e hizo lo propio con el pintalabios, un tono melocotón, cálido pero más bien tenue, casi inapreciable. Cogió las últimas piezas de ropa que había comprado y decidiose por un tejano medio desgastado, una camiseta de tirantes y una camisa verdosa que llevaba atada en nudo. Estaba lista para su “principito”.
Quería llegar un poco más tarde para que la esperara pero no podía aguantar la idea ya que eso implicaría estar menos tiempo junto a él, le quería ver ya, es más lo necesitaba. Por eso llegó varios minutos antes con la esperanza de verlo por si él también decidía acudir temprano pero al llegar al parque buscó el lugar donde se encontraba el banco en el cual habían quedado y al contemplar que este estaba vacío se desdibujó la silueta de su sonrisa.
- Aun es pronto. Dijo mirando su reloj y observando que aun faltaban diez minutos para las siete. Su mente creaba una conversación interna diciéndose que debería estar al llegar, que aun era muy pronto y que en cualquier momento la sorprendería tapándole los ojos y dándole un dulce beso en la mejilla y luego…, luego se sentaría a su lado y la acariciaría mientras le susurraba al oído que no sabía cómo podía haber aguantado sin verla antes, como los te quiero procedentes de su boca se fundirían en sus oídos y harían nacer una inocente sonrisa en su boca que le diría en medio del silencio más profundo: -tonto yo también te quiero. Se imaginaba la escena y no podía parar de imaginar que después él acariciaría su nuca y con la otra mano cogería con fuerza la suya y lentamente acercaría sus labios hasta el punto que ella pudiera notar su respiración y temblor, se veía atontada imaginándose si la besaría mil veces o en cambio la pasión del momento se grabaría en un beso casi eterno, dudaba si aún faltaban cinco minutos o 300 segundos para que sus pensamientos se hicieran realidad y mientras tanto esperaba sentada. Esperaba creando miles de cuentos e ilusiones y con cada una de ellas las manecillas del reloj parecían girar a mayor velocidad pero ella era ajena a todo, solo imaginaba, pintaba historias con sus fantasías y luego rezaba para que se hicieran realidad y con la tontería dieron las 19:18 aunque ella seguía pensando que aun eran menos cinco y en cualquier momento llegaría.
Durante un instante despertó de sus pensamientos y observó la hora que era, de repente su mente volvió a llenarse de pensamientos, - debe de haber perdido el tren o quizás se ha parado en una floristería a comprarme flores y debe retrasarse por eso, es que es un cielo, seguro que se presenta con un ramo de rosas rojas y blancas o mejor aún, quizás me traiga uno de claveles estriados y crisantemos, - ojala sean amarillos, espero que se acuerde que son mis preferidos o a lo mejor me trae una flor de zinnia con un osito de peluche, es que es un encanto, suerte que le tengo, no sé qué haría sin él. Mientras se repetía una y otra vez que estaría al llegar sacaba su pequeño espejo de bolsillo y contemplaba si estaba lo suficientemente guapa para cuando llegase. Se miraba y se veía más guapa que nunca pero aun así no le parecía suficiente, mientras el tiempo corría ella susurraba un juramento al pequeño espejo, - por favor hazme la chica más guapa, conviérteme en alguien perfecto para que así Bert se sienta tan orgulloso de mi como me siento yo de tenerlo a él. Tras estas palabras volvió a cerrar los ojos y de repente unas manos la abrazaban desde atrás y le susurraban al oído que ya era perfecta, que antes de conocerla ya estaba orgulloso de ella y que sería capaz de dar cualquier cosa para poder vivir en ese diminuto espejo para así estar siempre a su lado y poder ver el reflejo de su rostro siempre que se mirara en él. Entonces ella se giró viendo solamente un grupo de niños jugando y una pareja de ancianos que alimentaban palomas con pequeñas migas de pan, cuanto deseaba que dentro de 60 años ella pudiera ocupar ese banco y dar trocitos de pan a las palomas junto a su Bert. Volvía a soñar en ese banco, antes lo había hecho innumerables veces siempre bajo el abrigo de los brazos de su principito pero ahora lo hacía únicamente con el recuerdo de esos momentos y las esperanzas de que estos fueran de nuevo realidad en breves instantes. Mientras se abrigaba con el calor de las imágenes que suministraba su mente se quedó dormida durante unos minutos. Las manecillas del reloj giraban, el viento iba enmudeciendo los jubilosos chillidos de los niños que iban desapareciendo bajo la llamada de sus madres, la pareja de ancianos que una vez agotada su bolsita de pan se levantaba desvaneciéndose lentamente hacia la parada de autobús más cercana. La gente iba abandonando lentamente el lugar y las sombras de la noche acechaban mansamente los arboles y farolas del lugar hasta el punto que Noelia estaba sola en aquella zona del parque, estaba sola y envuelta en sueños. Eran las 20:03, ya llevaba media hora dormida, mientras tanto su móvil había sonado emitiendo los zumbidos de la vibración sin que ella se percatara y pasados unos minutos empezaba a abrir temerosamente los ojos observando como en ese tiempo en que se había entregado al sueño todo había cambiado, los gritos eran silencio, la gente sombras y estas se cosían entre ellas ahogando los diminutos destellos que emitían las farolas que bordeaban los caminos del parque como si gastasen sus últimas energías en sobrevivir en vez de en alumbrar. Miró a su alrededor y solo vio como la noche iba pintando los arboles con su magia, como todo era cada vez más silencioso y bonito, como el frio empezaba a adentrarse en la escena y a susurrar con el soplido del viento para que las temperaturas bajaran de forma impasible. Noelia se preocupó al ver que no había nadie allí, que no estaba Bert. Miró su reloj que seguía con su particular movimiento devorador de segundos con el cual se tragaba un poco de luz y calor. Empezaba a refrescar pero seguía allí esperando, los temblores y escalofríos no tardaron en acogerla pero ella mantenía su espera, cada vez más angustiada y preocupada por si realmente le había ocurrido algo, seguía sentada en el banco y no paraba de pensar porque no estaba ya ahí, cogió su teléfono para llamarlo y descubrió el mensaje que le habían enviado mientras dormía. Rápidamente lo leyó ya que era de Bert.

Bert:
Ola guapa kreo k llegare un poco mas tarde no te preocups me an salido un par d cosas. Tk.

En esos instantes su rostro volvía a iluminarse y mientras apretaba sus manos contra su pecho el frio que sentía iba desapareciendo, se repetía que tendría un buen motivo para llegar tarde que en cualquier momento llegaría que él la había avisado pero ella no se había enterado y que en el fondo era culpa suya, se sentía mal por pensar que no llegaría, es mas se sentía culpable de dudar de él. Volvió a acomodarse en el banco de madera mientras se entretenía observando las flores que tenía en frente, deshojándolas mentalmente. Su mirada había acabado de arrancar todos los pétalos del pequeño jardín cuando dieron las nueve de la noche aunque para ella la sensación era que el tiempo no había avanzado tanto, es mas ya ni miraba el reloj, esperaba sin preocupación mientras las estrellas nacían sobre ella.
El tiempo seguía avanzando implacablemente sin que se percatara, de repente su teléfono sonó, era su madre.

Mama: - ¿cariño donde estas? te estamos esperando todos para cenar.
Noelia: - tranquila mama estoy bien, estoy esperando a Bert que ahora viene, seguramente iremos a cenar fuera no te preocupes.
Mama: - no tardes en llegar, sabes que no me hace gracia que llegues muy tarde y menos si vuelves sola.
Noelia: - mama no pasa nada estoy con Bert no te preocupes. Adiós!

En ese instante colgó haciendo que su madre no pudiera responder.
Pasaron unos veinte minutos en los que se quedo muda, casi absorta mirando las sombras que creaban los tenues rayos de las farolas que junto a ese toque mágico que otorgaba la luna la encandilaban e hipnotizaban haciendo que su abstracción fuera mayor.
Eran las 21:30 pero todo seguía igual, cada vez hacía un poco más de frio, todo era un poco más oscuro y ella seguía esperando en el banco con las mismas ganas que dos horas antes, empezaba a tener hambre, durante unos breves instantes pensó en llamar a su madre y que la fuese a buscar pero rápidamente erradico dichas ideas de su cabeza, no podía hacer eso, tenía que esperar a que llegara su principito y entonces se irían los dos juntos, él la invitaría a cenar y luego se pararían en cualquier terraza a tomar un helado mientras miraban como las calles estaban semidesiertas. Cada vez tenía más ganas de verlo, necesitaba poder respirar el aire que expulsaba su boca y dormirse entre sus brazos, porque aunque no era tarde se encontraba cansada y le encantaba acurrucarse junto a él y adormecerse con el suave aroma de su colonia.
Pensó en llamarlo para ver donde se encontraba y si prefería quedar en otro lugar, pero no lo hizo, esperó un poco más, concretamente esperó el tiempo suficiente como para volver a dormirse. Sus parpados volvían a ceder al sueño y mientras dormía soñaba que él llegaba y se iban los dos juntos, la velada era perfecta nada podía estropearla, una cena los dos solos, un paseo por las calles abandonadas de la noche y finalmente entraban a ver una película de sesión matinal a la cual solo asistían ellos dos, todo era perfecto, tan perfecto como un sueño que se extinguía con el despertar de Noelia. Volvía a abrir los ojos, se encontraba en el parque, no sabía que hacia allí hasta que entendió que todo había sido un sueño, una representación onírica perfecta pero un sueño al fin y al cabo. Tras despejarse levemente miro su reloj, eran las 22:52. Finalmente tomo la decisión de llamarle, cogió su teléfono y marco el numero de memoria.
Piiii piiii piiii piiii nada, comunicaba.
Volvió a intentarlo pero el resultado fue el mismo por lo que le envió un mensaje.

Noelia:
Cariño q te pasa q no contestas? No m preocupes vale? Llamame cuando puedas. Pd: tq*muchísimo. besitos.
Volvió a guardarse el móvil en el bolsillo y a esperar a que llegase o le respondiera. Sucedió lo segundo, pero tardo su tiempo en hacerlo.
Bert:
Perdona estaba ablando cn un amigo, te importa si kedamos otro dia k aora no puedo ir?
Noelia leyó el mensaje de forma incrédula pero finalmente llegó a la conclusión que había tenido que pasar algo grave para que le dijera eso, preocupada volvió a llamar, aunque el teléfono seguía comunicando por lo que tomó la decisión de enviarle otro mensaje.
Noelia:
Pasa algo vida? Me tienes preocupada sabes que puedes dcirm lo q sea.

La respuesta tardo poco en llegar.

Bert:
Trankila no s nada solo k aora no puedo ir,lo siento.

Noelia no paraba de preguntarse qué habría sucedido para que no pudiera ir, se sentía preocupada casi culpable como si solo quisiera retenerlo junto a ella mientras quizás él lo estaba pasando mal por lo que le había impedido ir, - soy una egoísta, se repetía una y otra vez, quizás debería acercarme a su casa haber que pasa aunque quizás no esté ahí o no sea oportuno presentarme y menos a estas horas.
Mientras pensaba que debía hacer caminaba por el solitario camino del parque dirección a la parada de autobús a la cual se habían dirigido la pareja de ancianos anteriormente, llegó a ella y se sentó a esperar el primer autobús que llegase, llevaba más de un cuarto de hora esperando sin que pasara ninguno por lo que se levantó a ver el horario viendo que eran casi las 24:00. Era inútil esperar a alguno, se había entretenido demasiado tiempo esperando en el banco del parque y ahora ya era tarde para que pasara algún autobús, se sentó nuevamente en el banco y llamó a su madre para que la recogiera, solo obtuvo la respuesta de una voz mecanizada.

– el numero al que llama se encuentra apagado o fuera de cobertura, inténtelo más tarde.

Volvió a probar al cabo de unos minutos pero la respuesta volvía a ser la voz de la operadora, resignada ante la idea de que tendría que volver andando se sentó y cogió el móvil de nuevo, no tendría sentido volver a llamar a su madre, debía estar durmiendo, y tampoco podía llamar a Bert eso le preocuparía y no quería que se preocupase por culpa suya. Se puso a mirar en la agenda por si encontraba a cualquiera que la pudiera acercar a casa pero se veía incapaz de molestar o despertar a alguien por un capricho suyo, cerró la agenda y con la idea de volver caminando miró un par de fotos, la mayoría eran de alguna vez que había quedado con Bert y mientras pasaba de una a otra recordaba aquel día como si hubiera sido la cita que no había podido tener esa tarde.
Finalmente no volvió caminando a casa, sin quererlo se quedó dormida en el banco.
Otra vez dormía, las horas volvían a pasar rápidas pero esta vez era el sol el que empujaba a la noche, el que con sus primeros rayos calentaba el rostro de Noelia y la despertaba a primera hora de la mañana. Volvía a despertarse sin saber que pasaba, como en las otras ocasiones tardó unos minutos en recordar lo sucedido antes de que se quedara dormida y preocupada por no haber ido a dormir a casa y por la reacción que tendría su madre se levantó del banco haciendo que su teléfono cayese al suelo, tras dar dos pasos se giró y lo cogió.
Tenía un nuevo mensaje, se volvió a sentar y lo abrió.
Bert:
Oye Noelia no stoy muy seguro d esto, kizas sea mjor dejarlo lo siento.
El teléfono volvió a caerse al suelo de la misma forma que las lagrimas caían de sus ojos, no sabía qué hacer, permanecía sentada en el banco como una estatua a la cual le han arrancado su corazón, seguía sentada esperando aunque esta vez no era a su principito, esta vez no sabía porque esperaba pero seguía quieta en el banco junto al abrigo de sus lagrimas y el lento movimiento de los segundos en su reloj.

1 comentario:

  1. o sea que mientras yo estoy trabajando tu haces esto?
    igualmente me encanta aunque hay cosas que creo que tendras que explicarme que esta parece que es de las que tienen mensajes.
    ÑAAMUAK

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