jueves, 14 de abril de 2011

cualquier noche

Aquel instante fue una noche mágica, no sé qué paso para que los hechos sucediesen de esa forma tan asombrosa e irreal. Pensé que el tiempo lentamente se transformaba en un trozo de hielo que recorría tu cuerpo como si ansiara navegar por todo su mar, intentando congelar tu aliento en mi oreja, pero todo eso fue un destello fugaz que se redujo a un universo creado por los deseos y la imaginación que se apoderaban de mi mente mediante el embrujo del sueño. Mis parpados se cerraban a la vez que tu voz tomaba más fuerza en mi cabeza. Ese sonido lentamente trazaba la silueta de tu rostro que iba tomando color al aparecer tu nariz, tu pelo, tus orejas y que llegó a la luz al terminar de esbozar tus ojos. Era tan real que me pareció llegar a acariciarte, pero solo podía dibujarte en mis pensamientos.

Entre tus mejillas encontraba el calor que el día ocultaba pero que con la luna y los sueños dura eternamente. Puede que solo me encuentre a gusto aquí, junto a ti, soñando y despertando perpetuamente para volver a dormir y poder soñar que soñaba contigo.

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