martes, 20 de abril de 2010

Una monotonía diferente

Era una sombra entre la multitud, un grano de arena perdido en el desierto, simplemente era una mota de polvo que se hace transparente al ocultarse tras una cortina de luz. Era un soplo de aire que… RIIIIING.
De repente todos los pensamientos que se amontonaban en su mente empezaban a dormirse a la vez que su inerte cuerpo iba incorporándose al compás marcado por el despertador. En apenas unos instantes se encontraba sin ningún brote de sus oníricos pensamientos, estos habían sido suplidos por otros más comunes y mejor aceptados.
Estas nuevas ideas engrasaban la maquinaria que le permitían ser un número más entre una inmensa cifra sin que eso le molestara o inquietase. Dejaba las ilusiones, las dudas y los pensamientos para transformar su mente en una calculadora. Simplemente había perdido toda su humanidad para convertirse en una máquina que funcionaba a base de pulsar las teclas adecuadas y era así durante todo el día. Nada conseguía que cambiara. Desde el momento en que se despertaba y veía a su hijo durmiendo en la cama, al cual besaba ligeramente la frente, hasta el instante en que se acostaba al lado de su esposa a la cual nunca dejaba sin la última caricia del día pero entre estos instantes había miles de situaciones; las tardes con los amigos, los paseos con Rocky, ese pequeño labrador que llegó inesperadamente unos años atrás, los días de partido… y a pesar de tantas emociones, estados y sentimientos todo funcionaba por mecanicismo.
Años antes esas acciones tan simples le propiciaban una leve sonrisa que ahora nacía simplemente por rutina. Toda su vida era como el mecanismo de un reloj, todo sucedía y estaba por y para algo, por mínimo que fuera. Pero entonces llegaba ese momento en que sus parpados se cerraban, sucedía cada día a las 23:14, entonces su mente se llenaba del baile de ideas que le extraían del monótono día que había tenido. ¿Pero saben qué? Esas ideas siempre venían a la misma hora, siempre había algo que nacía en su mente durante su letargo de tal forma que aquello que se salvaba de repetirse en su vida era una mera costumbre que realizaba cada noche.
En el fondo era la propia monotonía lo que le permitía hacer algo diferente.

1 comentario:

  1. ahora entrare aqui por la musica, me encantan las canciones que tienes, SAMHAIN tiene que estar antes eso no te lo perdono.
    El texto increible como siempre, dices tanto en tan poco que das casi miedo.
    Mejorate y continua pintando con tus letras cariño ÑAAAM

    ResponderEliminar